Conferencia: Las musas de Agustín Lara
Yo no sé si te odiaba, o te quería, el olvido triunfó sobre el recuerdo.
Agustín Lara
Este viernes 29 de abril se llevará a cabo en el
Centro Cultural Pedregal la conferencia "las musas de Agustín Lara";
en esta conferencia
Pável Granados hablará del hombre que hizo de la mujer el personaje inspirador
de sus creaciones.
De esta manera recordemos un poco de la vida de quien en numerosas
ocasiones ha sido considerado como el
Irving Berlin de la canción mexicana.
Conocido como el Flaco
de Oro, son incontables las canciones compuestas por este músico que han
conquistado una fama inmortal: Granada (inmortalizada
por el tenor Mario Lanza), el chotis Madrid, Noche criolla, La Cumbancha, Noche de ronda, Solamente una vez o Palmera son sólo algunas de las más
célebres.
Adaptadas a numerosos idiomas y cantadas en los más
diferentes estilos, su éxito en el viejo y nuevo mundo proporcionó a su autor
los mayores honores y el reconocimiento general. Junto con la canción melódica,
Lara también sobresalió en la composición de música para cine; suya es, por
ejemplo, la partitura de Santa, una de las
primeras películas sonoras realizadas en México.
Durante la década de 1920 trabajó como pianista en
bares, cafés y en salas de cine mudo; a finales de la década acompañaba ya al
piano a intérpretes como Juan Arvizu y Maruja Pérez, que daban sus recitales en
cines de la capital. En 1931 se puso al frente del programa La hora azul, de la emisora XEW, comenzó a dirigir la
orquesta El Son Marabú mientras voces como las de Ana María Fernández y Toña la
Negra popularizaban sus canciones.
Se casó por primera vez en 1939 con Carmen Zozaya. Mantuvo relaciones
sentimentales con Maria Félix con la que finalmente se casó y a la
que dedicó muchas canciones de amor como María bonita, Aquél
amor o Noche de ronda. Otros de sus amores fueron Clarita Martínez,
Yolanda Gazca, Vianey Lárraga, y Rocío Durán, con la que se casó en España en
1965. No tuvo descendencia y adoptó al hijo de Vianey.
A lo largo de su dilatada carrera como
compositor (y también como autor de la mayoría de sus letras), creó hermosas y
románticas canciones que alcanzarían una popularidad universal.
La obra de Lara
comprende unas setecientas piezas entre boleros, pasodobles, baladas, tangos,
pasacalles y melodías, que podrían enmarcarse dentro del género tropical; fue
también el autor de la extraordinaria opereta El pájaro de oro (1946).
Entre sus temas más conocidos sobresalen, junto a los ya citados, Lamento jarocho, Mujer, Veracruz, Azul, Rival y Arráncame la vida;
títulos todos ellos entrañables que han resistido el paso del tiempo hasta
convertirse en canciones de siempre.
Agustín Lara dotó a la canción romántica de una
sensibilidad acorde con el medio urbano de los años treinta y cuarenta. Las
letras de algunas canciones surgidas de su inspiración (Señora tentación, Te quiero, Cada noche un amor o Humo en los ojos) escandalizaron a la opinión pública,
hasta el punto de que llegaron a prohibirse sus piezas en las escuelas.
Cuestionado y considerado por sus detractores "el sepulturero de la
canción mexicana", Lara fue pionero en el óptimo aprovechamiento de todos
los medios de difusión: teatro de revista, discos y radio igualmente fue Presidente Honorario Vitalicio de la Sociedad de Autores y
Compositores de Música.
Agustín Lara falleció en el hospital inglés de la Ciudad de México el 6 de noviembre de 1970.
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